Muchas mamás queremos mantener a nuestros hijos abrigados y protegerlos de cualquier resfriado y siempre intentamos cubrir sus piecitos evitando que les entre algo de frío, pero no siempre es necesario ya que los pies de nuestros pequeños funcionan como un termostato y mantenerlos descalzos les ayudan a regular su temperatura corporal aunque debemos tomar en cuenta que en climas muy fríos si es necesario cubrir sus piecitos.
Tener a nuestros niños descalzos también les ayuda a su autoconocimiento en su desarrollo, comienzan a tomar sus pies, a mirarlos, jugar con ellos e incluso se los llevara a la boca. Estar descalzos los ayuda a evitar hongos y sudoración ya que los pies están más ventilados.
Por otro lado muchos estudios han confirmado que mantenerlos descalzos apoya su aprendizaje físico e incluso hacerlos más inteligentes.
Los pies dependen de muchas habilidades motoras que nuestros niños van a adquirir durante sus primeros años y estar descalzo ayuda a fortalecer el correcto desarrollo de las estructuras musculares de sus pies y aprenderá sobre su propio peso y a sostenerlo, por lo que cuando comience a ponerse de pie empezará a fortalecer sus músculos del pie y tobillo, que van a soportar el peso de su cuerpo.
Mantener los pies descalzos de nuestros bebés cuando comienzan a gatear aporta grandes beneficios para que comience a intentar pararse, al estar descalzo tendrá el conocimiento sobre su peso, su espacio, equilibrio, y cuando esté listo lo hará.
Especialistas recomiendan que los niños caminen descalzos con las puntas de sus pies y también con el talón ayudando a formar el arco de sus piecitos y evitando el pie plano adoptando una postura correcta para iniciar a caminar.
Lo mejor de mantener los pies de tu bebé descalzos es que estará en contacto con el suelo todo el tiempo favoreciendo la parte sensorial de su desarrollo y una estimulación temprana sintiendo texturas y formas diferentes, ya sea que pise sobre una alfombra, piso, la calle, agua, pasto, tierra o arena, conocerá sobre temperaturas entre frío, tibio o calientito y si el piso es suave o áspero.
Algunas de las precauciones que debemos tomar en cuenta son:
No permitas que tu hijo camine descalzo sobre superficies mojadas ya que puede llegar a resbalarse y caerse.
Asegurate que en el suelo de tu casa o en alguna otra superficie no haya objetos o algo más que pueda lastimar sus pies.
Tomar en cuenta la tempertura. En verano habrá superficies muy calientes y en invierno muy frías, puedes prender la calefacción de tu casa o tambien alfombras o tapetes para que tu bebé no camine sobre el piso frío.
Y si no te sientes del todo cómoda dejando a tu bebé descalzo, por la temperatura o algún otro factor, no hay problema, puedes establecer un tiempo del día para tenerlo unos minutos descalzo sobre alguna superficie en la que estés más tranquila como, tapetes de foam o alfombra y comience a descubrir sus piecitos.
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