Todas sabemos que cada uno de nuestros hijos y cada niño en el mundo es único. Todos tienen necesidades, gustos y apetito diferente, e incluso cada uno tiene su forma de comer única y a su manera.
Es por eso que es muy importante no comparar lo que come tu hijo con lo que comen los hijos de tus amigas o algún familiar, ellos saben la cantidad de comida que necesitan y estoy segura que te lo harán saber.
Aunque nosotras como mamás estemos orientadas por algún experto en la alimentación de nuestros hijos, es importante presentar los alimentos y porciones de la manera que tu hijo lo acepte mejor y nunca obligarlos a comer.
Te comparto algunos motivos por los cuales no debemos obligar a comer a nuestros hijos:
1.- Obligar a tu hijo a terminarse la comida de su plato, es obligarlo a comer más de lo que necesita. Es muy importante que los escuchemos y respetemos sus decisiones, ya que en algunas ocasiones puede darse el caso de que tu hijo acceda a terminarse el plato, aun que en realidad ya no tenia hambre y esto a la larga puede traer malos hábitos.
2.- Al obligarlos a comer podemos estar convirtiendo la hora de la comida en un momento del día que para ellos es un sufrimiento o angustia diaria, ocasionando que cada vez tu hijo llegue con menos ganas de comer y afectando su alimentación y la relación entre ustedes.
3.- Como una de las consecuencias de hacer que la hora de la comida sea un mal momento para tu hijo, esto también puede llegar a afectar la manera de relacionarse y socializar de tu niño.
4.- Al obligar a nuestros hijos a terminarse el plato estamos estableciendo hábitos inapropiados causando que ellos ignoren sus instintos y estableciendo una rutina no muy saludable ya que esto puede causar obesidad en un futuro.
5.- Les cuesta tomar decisiones ya que al obligarlos estamos dándole a entender que es normal que sea otra persona la que toma decisiones sobre el, haciéndoles pensar que ellos no tienen el control sobre lo que sienten.
Esto hace que limitemos su autonomía y la toma decisiones sobre su alimentación, reprimiendo las señales de saciedad de su propio cuerpo.
Lo mejor que podemos hacer como papás es observar y escuchar a nuestros hijos con atención, ofrecerles porciones adecuadas según lo que observemos, y respetar que sus necesidades pueden ir cambiando.
Uno de mis libros favoritos es el Baby Eats, en este libro podrás encontrar 75 recetas saludables para tus hijos, dejarás de preocuparte por qué darles de comer ya que incluye ingredientes y el detallado procedimiento para elaborar la comida de tus hijos, ¡deberías probarlo!