Pero el tema no está en prohibir el tiempo de pantalla a nuestros hijos, ni mucho menos. Podemos hacer un uso inteligente y aprovechar sus grandes ventajas, pero como en todo, si se usa en exceso o de una forma inadecuada las ventajas pueden convertirse en desventajas.

Y es aquí donde nos vienen a la mente estas preguntas ¿Cómo limitarlo? ¿Cuánto es el tiempo correcto? ¿Es bueno o es malo?. Lo mejor es encontrar el equilibrio adecuado para nosotros y éstas son algunas estrategias que podemos seguir:

1. Limita el tiempo: Puedes limitarlo según la cantidad de minutos de acuerdo a la edad. (Menores de 2 años, no se recomienda el uso de pantalla).

2. Se estratégica: Se estratégica sobre cuándo y utilízalo sabiamente si es necesario.

3. Supervisa lo que hace: Aprovecha este tiempo de pantalla y enséñale aplicaciones de aprendizaje, dibujos animados o juegos de desarrollo.

4. Nada de pantalla a la hora de comer: En la hora de la comida es importante disfrutar de un momento de calidad en familia. El comer o cenar juntos en familia es necesario e imprescindible para poder estar conectados unos con otros y potenciar una buena comunicación con los hijos.

5. Sin pantalla antes y durante la hora de dormir: Para garantizar un buen descanso, esto debe quedar prohibido. Las pantallas emiten luz azul que imita la luz del día y contribuye al insomnio. Es necesario tener una buena rutina para antes de ir a dormir sin pantallas para mejorar la calidad del sueño.

Al final de cuentas lo más importantes es que hagas lo que funcione mejor para tu familia y lo que tu sientas que es correcto. Y recuerda, TODOS tenemos días de \”modo de supervivencia\” también. No pasa nada y también está bien.